HOLA FER:
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí y tengo muchas cosas que contarte. Veo que en tus últimos post has hecho comentarios con relación a la vejez y como es vista, cómo saber si eres gay y otras historias muy interesantes. Quiero intercalar comentarios relacionados sobre estas situaciones, compartir esta historia contigo y los amigos lectores. Quizás me extienda porque tu eres parte de ésta. Estaba un poco molesto contigo pero el único culpable de como yo me encontraba era yo mismo y más adelante podrás ver el por qué. Ahora, algo de historia: la primera vez que entré a tu página fue buscando una película italiana titulada “Diverso Da Chi?” (¿Diferente de quién?), entré porque el explorador me llevó a ella y encontré que tu página tiene algo que no tienen otras, el toque latino, los latinos somos más apasionados. Historias de hombres que al igual que yo buscan ser felices, compartir las mismas experiencias, realidades, algunos de los mismos gustos y sueños. También encontré historias que te hacen reir, llorar y pensar sobre el mundo en que vivimos. Visitaba callado, sin hacer comentarios y esto fue lo que una vez me llevó a escribirte y hablarte sobre la soledad como una etapa de vida. Luego te escribí contando algunas cosas de mi.
Posteriormente te escribí preguntando ¿por qué tengo que esconderme? Esto sucedió cuando uno de mis amigos vio mis correos electrónicos dirigidos a tu página y a ti. Él y el resto de mis amigos entendían que faltaba a mi privacidad y la de mi familia. A tales efectos recibí una respuesta tuya la cual me incómodo un poco. Me preguntaba, ¿quién es esta persona que habla de mi familia y de mis amigos si él no los conoce? ¿Cómo se atreve a decirme cómo debo vivir mi vida? A diario, tus palabras sonaban fuerte en mi cabeza. Dejé de visitar el blog por un tiempo, aunque admito que he hecho algunos comentarios a aquellas personas que en ella escriben. Soy bueno para aconsejar pero con mis problemas soy un poco menos tolerante. Contesté tu correo y te dije que no queria vivir la vida de ellos, la de mi familia y mis amigos, pero quería que ellos fueran parte de mi vida. Estaba en baja, esto quiere decir que estaba muy sentimental y a la defensiva. Luego de un tiempo y estando de mejor ánimo decidí realizar cambios en mí y poner la casa en orden. Como dije una vez: “dar amor es arriesgarse aún sabiendo el dolor que producen las heridas”. Eso hice, arriesgarme. En las próximos párrafos podrás ver todo lo que sucedió.
Por norma o en términos generales nosotros los hombres estamos pensando en sexo las 24 horas del día o por lo menos mientras estamos despiertos; algunos se mueven de pareja en pareja, llenos de infidelidades, con sentido de culpa y un corazón vacío porque nunca están satisfechos. Reaccionamos por instinto, como el comercial de cervezas que dice que tienes que dártela cuando el cuerpo te la pide; nos olvidamos de la realidad que no sólo de sexo se vive. También se vive de amor, de trabajo, de alimentarnos, dormir, descansar, de placeres y de las prioridades que uno establezca como filosofía de vida. La mayoría nos preparamos para tener una vida larga y placentera, llena de emociones, pasión, sexo, desenfreno y nunca tomamos el tiempo para pensar lo que será nuestra vida en un futuro. A mi me pasó. En mi caso, vivía una vida segura que me conducía de la casa al trabajo y viceversa, una vida cómoda junto a mi pareja y asumí que mi vida era estable y estaba realizada. De pronto, de la noche a la mañana todo se fue por la borda, fui diagnósticado con cáncer. Mi mundo se vino abajo. Fue algo muy fuerte, pero lo que ocurrió a mi alrededor lo fue mucho más. Cuando estás con tu pareja esperas que ésta te apoye y esté a tu lado en los momentos difíciles, en especial, cuando están de por medio 10 años de convivencia. Mi físico había cambiado mucho, estaba bajo peso, cansado, débil, pero cuando yo me miraba en el espejo no veía a otro si no a mí. Tenía el mismo pensamiento, forma de ser y deseo de vivir. No quería que sintieran pena por mi, así que sacaba fuerzas de donde no tenía, me levantaba para hacer mis cosas y salia a trabajar. Sin importarme el dolor y el cansansio, la mayor parte del tiempo, sonreía y afirmaba que todo iba a estar bien. Mi pareja no pudo tomarlo de la misma manera. Así que, se fue y me dejó.
Esto no fue bueno para mi salud y regresé al hogar de mis padres. Todavía hay personas que dicen que de amor nadie muere, pero yo decidí vivir y, al contrario, para mí fue como si mi pareja hubiera muerto. Entre una situación y otra tuve que lidiar primero con la negación: esto no me puede estar pasando a mí. Coraje: ¿por qué a mi? Depresión: tristeza y llanto. Luego, negociar conmigo diciéndome que todo iba a pasar e iba a estar bien y al final la aceptación. Era difícil acostarme y mirar para el lado y ver una almohada vacía, sentir el olor de su perfume en las sábanas era algo que me hacia llorar a diario. Fer, el caso es que, antes de escribir sobre esto, como parte del reto que me formulaste, uno de los primeros riesgos que tomé fue llamar a a uno de mis amigos, mi ex-pareja. No sabía como iba a reaccionar. Nunca le reclamé porque se fue, siempre me hice la idea de que mi enfermedad fue lo que lo alejó.
Muchas veces me pregunté qué habré hecho mal para que me dejara así, de un día para otro. Un día, estando nostálgico, me dije que era hora de escuchar las respuestas de lo que nunca me atreví a preguntar. Levanté el teléfono, lo llamé y pregunté, por supuesto luego de saludar y ver cómo estaba, cuál fue la razón para que me abandonara y estas fueron sus palabras: “no podia ver como estabas, no eras el mismo, discutíamos todos los días, físicamente habías cambiado mucho y no me servías como hombre”. De todas las cosas que me dijo hubo una que no podia creer, que yo no le servía como hombre, como si yo fuera un trapo que se utiliza para limpiar y luego lo tiras a la basura porque no sirve. No podia hablarle, me mantuve callado por un largo periodo de tiempo, escuchando lo que decía, al rato éste me preguntó, ¿estás todavía ahí? Contesté que sí y luego le pregunté: ¿por qué, luego de 10 años, casi toda una vida juntos y aún sabiendo cuánto yo te amaba, recuperado y sano, me pediste que volviera contigo si todavía, según tú, no servía como hombre?. Entonces me dijo: “dejarte fue un error” y le dije: sí, tienes razón, todo fue un error. Fue la última vez que hablamos y la última vez que lloré. No puedo escribir aquí todo lo que me dijo, pero cuando escuchas tantas palabras ofensivas y dolorosas que salen de la boca de la persona que tanto amaste es un golpe bajo de esos que sientes que no te recuperas; lo único que lamento fue no escucharlas antes, era como escuchar a alguien quien no conocía ni sabía nada de mi, un total extraño. En ese momento pensé que se estaba desquitando porque cuando el me pidió que volviera y dije “no” me dijo que nunca encontraría un hombre como él a lo que le respondí con un “claro, esa es la idea”. Ustedes no pueden imaginarse con la pasión que amaba a mi pareja. Se preguntarán qué me motivó a no regresar: él sólo quería enmendar su error y compensar todo el sufrimiento que pasé pero yo descubrí que no me amaba y sentí temor de ser abandonado nuevamente. Fue extremadamente doloroso romper con una relación que duró tantos años pero yo quería dar continuidad a mi vida y a tales efectos, tuve que cortar con todo aquello que me ataba a mi pasado para poder ser libre en mi futuro.
Cuando jóvenes tenemos los niveles de testosterona altos. A medida que entramos en años ese nivel baja y baja al máximo en una situación como la que me tocó pasar. Sin embargo, eso no quiere decir que luego de esto no podamos tener una vida como la que teníamos antes, todo lo contrario, bajará la intensidad pero no la pasión ni la calidad. Todos pasaremos por esto, el enfrentarnos a diferentes y difíciles situaciones en cualquier momento, la manera como lo tomemos dependerá de como nos visualicemos en el futuro. Yo no tuve tiempo de pensarlo, tuve que hacerlo y espero que los que lean esto si tengan ese tiempo.
Esta segunda historia tiene que ver con mi trabajo. La mayoría de nosotros nos complicamos mucho la vida, pero yo siempre intento hacer la mía más fácil y llevadera y muchas veces me pregunté que podría suceder si mis compañeros de trabajo se enteraban que yo soy gay, sólo cuatro cosas: el rechazo, aceptación, indiferencia y quizás la violencia. Era otro de los riesgos, estaba agobiado y cansado de mentir, una mentira conducía a otra. Estaba dispuesto a perderlo todo, abandonarlo todo y comenzar de nuevo. En mi tiempo libre tuve la oportunidad de estudiar otras asignaturas lo que me llevaron a trabajar en el departamento de recursos humanos de una empresa privada que brinda servicios de salud, el conocimiento de programación de computadoras y áreas de sistemas me ayudó a desarrollar un plan de trabajo computadorizado para dicho departamento por lo que me ofrecieron un trabajo permanente de oficinista, menor remunerado, aún así acepté, no tenía un trabajo seguro y este me daba estabilidad y yo necesitaba descanso, calidad de vida y este nuevo trabajo me daba esa oportunidad aparte que tenía los fines de semana libre.
La política de hostigamiento de la empresa para la que trabajo prohíbe preguntar sobre tus preferencias sexuales y por otro lado, mi comportamiento era idéntico al de un heterosexual, tratando de serlo por varios años me ayudó a sobrevivir en un mundo hetero, pero poco a poco dejé entrever una nueva forma de ser y mis nuevos compañeros de trabajo sabían que había algo más en mí que les decía que yo no era el hetero que aparentaba toda vez que, soy políticamente correcto, hablo y escribo bien, visto bien, mantengo mi area de trabajo limpia y ordenada, muy posesivo de mi área de trabajo, soltero, sin compromiso, en fin muchas cosas que le daban pequeñas pistas. Continuamente me hacían invitaciones para alguna actividad o a darnos unos tragos y siempre me decían que llevara a alguien y sonreian, amablemente rechazaba todas sus invitaciones. Se aproximaba el fin de semana y como todos los viernes los compañeros de trabajo se reunirían para darse un trago antes de regresar a su casa. Aprovechando la ocasión me les adelanté y fui yo quien extendió la invitación. Estos, se miraron y entre sonrisas aceptaron. Entre trago y trago se fueron desarrollando diferentes temas de conversacion, chistes, bromas, hasta que uno de ellos me preguntó: ¿tienes novia? La pregunta no me tomó por sorpresa, al contrario, la esperaba; contesté que no. Mis orejas se pusieron moradas y todos se miraban y me miraban esperando una respuesta y la realidad es que el alcohol te hace perder las inhibiciones: “soy gay” les dije. Primero silencio, luego comenzaron a bromear que eso no podia ser, pero mi rostro, muy serio, les confirmó lo que ya le había dicho. Me levanté para retirarme pero no me dejaron ir porque, según ellos, no era posible y por otro lado no lo aparentaba aunque lo sospechaban, ellos mismos me lo confirmaron luego. En el fondo, creo que decirles la verdad fue un acierto. Luego les contesté algunas de sus preguntas y todo quedó como si nada hubiera ocurrido, nos despedimos por el resto del fin de semana. En mi país, como en todos, existe la homofobia, pero la mayoría de la gente donde vivo son tolerantes y respetuosos pero uno nunca sabe con quien se va a encontrar. Pasado el fin de semana y de lleno en el trabajo, mientras me movia de un lado a otro, noté que no había miradas de reojo, ni risas de burla, me dijeron lo bien que lo habían pasado y que debíamos repetir la salida. Así que, tengo amigos nuevos con quien comparto dentro y fuera de mi trabajo, claro está, no he vuelto a tomar. ¿Mis viejos amigos?, apenas me dirigen la palabra, los extraño, pero siempre he dicho que uno no escoge los amigos si no que los amigos escogen a uno. Me hacen falta y siguen siendo parte importante de mi, pero me cansé de vivir en el pasado y espero que en mi futuro ellos se alegren por mi. Se preguntarán que hubiera hecho si me rechazaban, ya he pasado por esa situación muchas veces y lo que hago es dejar saber mi sentir, levantarme y alejarme con mi cabeza en alto porque no tengo que sentir verguenza por quien soy. Por lo menos, en asuntos de trabajo todo me va muy bien.
Esta tercera historia habla de mi familia. Siempre he sostenido buena comunicación con ellos. Siempre estaré agradecido de ellos porque fueron los más que me ayudaron en mi proceso de sanación y en ellos encontré el consuelo durante la separación de mi pareja. Mi familia y yo somos buenos amigos y no pueden imaginar el amor que siento por ellos, aunque admito que hubo muchos momentos difíciles por ese mismo amor que les profeso. Nunca hablabamos de mis preferencias sexuales porque la primera vez que le confesé que era gay fue como si hubieran puesto una pared entre ellos y yo, como en una buena pelea de boxeo ellos me derribaron. Pero aún así, nunca dejé de luchar por su amor y busqué la manera de saber cuales eran sus verdaderos sentimientos hacia mi, el día que lo confesé fui libre y dejé de mentir porque la mentira es igual a una prisión en la que una vez entras es bien difícil salir y yo no soportaba estar ahí.
Sin excepción alguna, todos los hijos queremos ser lo que nuestros padres quieren que seamos: abogados, doctores, ingenieros, etcetera… buenos esposos, buenos padres. Creo que por eso le ocultamos nuestros sentimientos, porque se avergonzarían de nosotros, por temor al rechazo, etc… y es ahí donde comenzamos a mentir y mentimos incluso en aquellas pequeñas cosas en las que sabemos que ellos nos pueden ayudar y continuamos mintiendo en nuestra vida de adulto. Probablemente, por esa razón, de tanto mentirle creo que para ellos fue más doloroso el confesarle que era gay porque, y ahora si lo entiendo, ellos tenían otras expectativas de vida para mi. Por otro lado, yo sabía que ellos me amaban, pero no era suficiente, quería saber si en ese amor no había remordimientos. Poco tiempo después y aprovechando la ocasión que se celebraba el cumpleaños de una de mis sobrinas le dije a mi hermana que me gustaría organizarlo y celebrarlo en casa de nuestros padres, actualmente estoy viviendo en un apartamento pequeño y mucho más cómodo. Así que, decidimos hacer una pequeña fiesta familiar, incluyendo mis hermanos, primos y todos los que se acercaran a la casa. Habiendo culminado la actividad y con la familia más cercana reunidos en la sala del hogar de mis padres decidí hacerle una pregunta. Las palabras que salían de mi boca apenas se escuchaban y aprovechando un momento de silencio les dije sin rodeos: “hace muchos años, en este mismo lugar, yo les comuniqué que era homosexual y quiero saber qué piensan de mí” El silencio fue mucho más fuerte que cuando por primera vez lo dije, de pronto, se escuchó la voz de mi papá quien estaba sentado frente a mi y con una voz fuerte comenzó a hablar diciendo: “Por años le pedí a Dios que me diera hijos buenos, trabajadores, responsables y sobre todo que no me avergonzaran y Dios me los dio a todos con esas cualidades, sin excepción”. Mis hermanos me dijeron que parecía mentira que a estas alturas yo no supiera cuánto me aman y cómo era posible que yo hiciera una pregunta como esa. El oxígeno llegó a mi pecho. Esa noche todo el familión se quedó en la casa de mis papás incluyéndome a mí. Al día siguiente, mi mamá dijo que fue bueno recordar viejos tiempos pero que ellos estaban muy viejos para dormir con “muchacherías”….ja ja ja. De todo esto algo bueno salió, nos comunicamos más, no hay temor de preguntar y pedir consejos. Ya no me miran como un ente aparte si no como uno más de ellos; y mis hermanos, muy sinverguenzas y ahora más amigos que nunca me han enseñado muchos secretos de su vida heterosexual para mi uso en mi vida personal.
En esta cuarta historia…. bueno, no le adelanto nada, sigan leyendo. Por mucho tiempo estuve rechazando todo tipo de acercamiento de índole amorosa o sexual. Estaba decidido a permanecer solo, pero uno no manda en el corazón. Siempre tenía la esperanza que alguien llegara a mi vida, pero llegó un momento que ya no pensaba en ello. Durante ese tiempo de soledad comencé a ver la vida desde otra perspectiva y todo lo que uno podia lograr sin estar atado a alguien. Yo siempre he creído que cuando uno termina una relación debe darse tiempo y espacio, primero para sanar y luego para tomar decisiones que afectan nuestro futuro. He visto tantas personas que dicen que “un clavo saca otro clavo”, o sea, comenzar una relación de pareja inmediatamente se han separado y al final siempre terminan solos. La situación es que estamos expuestos a establecer co-dependiencia, atándonos física y emocionalmente con la primera persona que encontramos en nuestro camino y nos exponemos a cometer los mismos errores una y otra vez. Por otro lado, cuando buscamos el amor inmediato y tratamos de satisfacer nuestras necesidades biológicas de sexo sólo llenamos un vacío temporalmente, eso lo había vivido y no quería pasar ese camino de nuevo y busqué la manera de cambiar un poco mi vida. Decidí envolverme en actividades comunitarias que acapararan mi tiempo y distrajeran mi mente. Sé que en unos de mis correos electrónicos escribí que estaba estudiando lenguaje de señas y que había conocido nuevos amigos, amigos cuya comunicación se logra utilizando las manos, bien, aquí es donde les hablo de mi vida amorosa.
Comencé a hacer trabajo voluntario dentro del grupo de personas sordas. En este grupo con el que trabajo había un hombre que me atraía mucho, el es sordo profundo, lo que significa que el no oye absolutamente nada, las personas sordo profundas por lo general están en un estado emocional de soledad también profunda. Por ética no podia hacer ningún tipo de acercamiento pues la labor que realizo con ellos es de índole social y por lo tanto yo rechazaba acercarme en plano de amigos por aquello de mantener distancias entre lo personal y el trabajo voluntario. Pero este hombre siempre buscaba la manera de acercarse a mi por lo que entablábamos conversaciones muy amenas, estábamos horas hablando sobre diferentes temas. A veces la gente piensa que porque una persona es sorda no puede disfrutar lo que los oyentes disfrutamos, ser sordo es un impedimento que no es visible hasta que la persona trata de hablar o comunicarse a través del lenguaje de señas o lengua de signos como se le conoce en otros países. Me agradaba estar con él, compartíamos mucho y me sentía cómodo porque el no me miraba como hombre si no como amigo y yo lo disfrutaba.
Un día recibí un mensaje de texto de éste invitándome al cine y sin pensarlo dos veces contesté que sí. Me recogió en mi apartamento y salimos hacia el centro comercial donde están ubicados los teatros, le dije que iba a comprar los boletos pero me detuvo diciéndome que no queria entrar a ver la película, me dijo que solamente buscaba un momento para estar a solas conmigo pues necesitaba decirme algo. Me asusté un poco, pensaba que algo malo había sucedido, estábamos dentro del centro, hacía un frío intenso y éste estaba perspirando, rojo y apenas me miraba. Le dije que camináramos al “food court” (área de alimentos). Compré agua y nos sentamos uno frente al otro, entonces, de pronto, acerca su mano al pecho y la va alejando poco a poco dejando ver la seña de “me gusta”. Yo le pregunté, ¿el agua?, me dijo que no. Entonces pregunté: ¿qué es lo que te gusta?, y me señalo a mí. Quedé petrificado. Le pregunté nuevamente y nuevamente me señalo a mí, me dejó sin habla. Como no contesté nada éste se levantó de la mesa y comenzó a caminar muy rápido, tuve que ir detrás de él y apenas podia alcanzarlo. Logré detenerlo en las afueras, en el estacionamiento, estaba temblando y lo abracé fuertemente, así estuvimos por un largo rato, tanto, que una señora que pasó nos gritó: “búsquense un cuarto” fue entonces que me di cuenta que no estábamos solos, me eché a reir, que más podia hacer.
Hablamos por un largo periodo de tiempo. Pregunté desde cuándo tenía esos sentimientos y él comenzó a contarme como había sido su vida. También me dijo que estaba buscando una persona que lo entendiera, que entendiera su condición de sordo y entendiera los contratiempos que había tenido por su preferencia sexual, alguien quien fuera su amigo si no podia ser algo más que eso. Joshua, es su nombre, tiene 48 años y es un hombre muy inteligente y de solo pensar que no tenía con quien poder hablar sobre estos asuntos por ser persona sorda me rompió el corazón, pero no me enamoré de él por pena, yo estaba enamorado mucho antes de que él me lo confesara, pero nunca me atreví a hacer un acercamiento por respeto, después de todo, yo soy un romántico hecho a la antigua. Me enamoré porque era la persona que vino a mi cuando yo estaba listo para comenzar una relación. Lo escuché con mucha atención, pero necesitaba tiempo porque si tenía la oportunidad de conocer a alguien queria comenzar de cero. Así que le dije que quería continuar la conversación con él e hicimos una cita, mi primera luego de tres años de estar solo. Tener una relación seria era algo que me asustaba un poco, a principio mantuvimos el secreto y luego comenzamos a revelarlo a nuestros amigos y familiares poco a poco.
Han pasado unos meses y no puedo ocultar lo bien que me siento, todo ha sido como la primera vez. Había pasado tanto tiempo solo que me sentía como el adolescente que va descubriendo su sexualidad…. el primer abrazo de enamorado, el primer beso y la primera vez, sé que me entienden… Al principio de la relación, ya juntos, adaptarnos el uno al otro no fue fácil pero mediante el dialogo encontramos la compatibilidad. Es rico amanecer con alguien en brazos y mejor si esa persona te ama, pero lo mejor de todo es que no es perfecto y no me tengo que preocupar porque yo tampoco lo soy, pero es bueno sentirse seguro de uno mismo nuevamente, escuchar los latidos de su corazón me hace sentir más vivo. No sabes lo bien que lo pasamos, claro que yo trabajo por dos, porque tengo que hablar e interpretar y mi familia está aprendiendo a comunicarse por señas con él. Mis compañeros de trabajo me hacen muchas preguntas para fastidiar y curiosear, pero sus preguntas las contesto con otras como esta: ¿acaso yo te pregunto lo que haces con tu esposa o esposo en tu cuarto? ¿Me dirás?..., ¡claro que no!,… pues yo tampoco. Hace poco, en una cena familiar, le propuse que fuera mi compañero formalmente. Contestó sí, fue un momento muy emotivo para mí y mi familia porque por primera vez pude expresar mis sentimientos frente a ellos sin sentir verguenza de mis emociones, posteriormente intercambiamos aros matrimoniales como símbolo de nuestro compromiso, donde vivo no existe el matrimonio entre parejas del mismo sexo. Por otra lado, mi familia está muy feliz porque ya no estoy solo.
Como toda relación que comienza tenemos muchos momentos felices y chistosos como cuando nuestras miradas se cruzan y la mayoría de nuestros amigos piensan que nos estamos dando miradas de enamorados pero la realidad es que estamos decidiendo a quien le toca lavar la vajilla y quien saca afuera la basura, o aferrarse fuertemente a la almohada en las mañanas para que el otro prepare el desayuno, o salir corriendo porque nos lavantamos tarde para ir a trabajar porque nos quedamos dormidos por estar viendo la television hasta el amanecer. También tenemos nuestros desacuerdos pero los resolvemos con el diálogo y aunque estemos molestos el uno con el otro nunca nos acostamos enojados, dialogamos antes de ir a dormir y resolvemos nuestras diferencias, siempre hay un abrazo antes de decir buenas noches. Él es hermoso por fuera y por dentro. Si estar con una persona oyente es difícil imagínate lo que es estar con una persona que no oye y no habla, claro está, utilizando su voz. Pero mi corazón se llena de emoción cuando hace cosas que tu no esperas como pareja. Un día se dirige hacia mi y en lenguaje de signos me dijo: “ven, levántate de esa silla y vamos a bailar”, y yo lo pregunté, ¿cómo?, si tu no oyes la música, y me contestó: “no la necesito porque mi ??música????? eres tu”…… sniff….sniff….sniff…. (lágrimas). Un día mi mundo se vino abajo, pero el tiempo me ha dado la oportunidad de reconstruirlo pedacito a pedacito.
Por lo general soy tímido y callado y con mis íntimos soy una persona muy alegre pero tengo un carácter fuerte y soy muy decidido. Fer, tu me llevaste a ver mi vida desde un punto de vista diferente, de lo que quieren los demás con respecto a lo que yo quiero, traté de convencerme de que tu estabas equivocado y yo no, pero el tiempo te dio la razón y me alegro por eso. Muchas cosas pueden ocurrir en dos o tres meses. Después de todo puedes ver que tu fuiste parte de esta historia y por que no puedo estar molesto contigo, al contrario, te estoy muy agradecido por ayudarme a enfrentar mis temores, decidí aprovechar las segundas oportunidadades que me fueron ofrecidas. Entrar a tu página no fue un error, contarte mis historias probablemente fue un riesgo, pero quien no toma riesgos no logra nada en la vida y yo los tomé, no todo salió perfecto pero me fue mejor. Cuando estás al borde del abismo comienzas a ver la vida de otra manera. Yo toqué fondo muchas veces en mi vida y siempre decidí salir a flote. No podemos pretender vivir la vida como las películas que, en en la mayoría, los finales son felices. La vida no es color de rosa, es dura. Si en los hogares donde hay estabilidad es fuerte imagínate como es para aquellos que viven en hogares inestables y en la calle. Debemos hacernos solidarios con aquellos que luchan por nuestros derechos y con aquellos quienes son reprimidos. En mi caso he tenido una vida buena, pero no estoy lejos del dolor ajeno. Si uno no lucha por lo que cree nadie lo hará por uno. No necesariamente tienen que estar de acuerdo conmigo pero he visto tantas personas destruir sus vidas sin darse una oportunidad que es mi manera de decirle que no hay problema que no tenga solución y no hay dolor que no podamos vencer.
A mi me gustaría que los jóvenes tuvieran buenos modelos a seguir. Declarar su homosexualidad es algo que no están obligados a hacer, es una opción y una decisión muy personal que habrán de tomar solos, pero si lo hacen tienen que asumir todo lo que esto conlleva incluyendo la aceptación y el rechazo. Deben recordar que somos responsables de lo que decimos y callamos. Que sepan que no todo el mundo va estar de acuerdo con su manera de ser y pensar; que cuando den el paso a declarar su preferencia sexual no siempre van a tener una respuesta positiva pero tendrán personas que los apoyarán y aunque se sientan solos en la vida alguien le tenderá la mano. Que no se queden hundidos en la miseria prostituyéndose y siendo promiscuos por buscar un amor que no llega. No somos autosuficientes, así que busquen ayuda cuando la necesiten; no dejen de tocar puertas cuando alguien le cierre la suya. No tengan miedo de preguntar por qué me siento diferente; no tengan miedo de enfrentarse a su sexualidad; no sufran ante las dudas cuando traten de definirse en el ambiente, los miedos y preguntas que nos hacemos es algo normal y que tengan la oportunidad de preguntar libremente ¿por qué me siento así?; que puedan tener una vida sexual sana. Que sepan que cuando decidan compartir su vida con otra persona no sólo comparten su cuerpo, también comparten responsabilidades, sentimientos, familia, amistades y un hogar donde uno o ambos llevarán las riendas económicas. Que sepan que no somos objetos que se puedan poseer y hacer lo que quieran con nuestro cuerpo, cuídalo. Si alguien no te ama déjalo, el amor no se mendiga. Uno no elige ser gay, se es o no se es, pero si hay algo que podemos hacer es elegir a quien amar.
Para los adultos, debemos comenzar por elevar nuestra autoestima porque somos seres humanos de mucho valor, ser honestos, amarnos, hablamos mucho del amor pero no nos amamos; respetarnos, ser fieles y tener confianza en nosotros mismos porque si yo no confío en mí ¿quién puede confiar? Debemos meditar sobre aquellas cosas que no podemos cambiar y enfrentar los problemas y si el problema no tiene solución dale la vuelta y continua tu camino, transfórmate asumiendo una actitud positiva. Desde que descubrimos que tenemos sentimientos diferentes, me refiero a que, cuando vamos descubriendo nuestra orientación sexual, hacemos lo que los demás quieren para ocultarnos entre ellos. Vivimos con miedo, encerrados en nuestros hogares y en nosotros, pensando en el qué dirá la gente. Somos hombres completos, nuestra preferencia sexual no nos define como tal a medias. La mayoría crecemos tratando de complacer a los demás para sentirnos bien, pero en este tiempo yo descubrí que el único obstáculo para ser feliz era yo. Llega un momento en la vida en que hay que dejar de mirar por encima del hombro y mirar de frente. No todo ha sido miel sobre hojuelas, aquí sólo resumo parte de las cosas buenas que me pasaron y no hablo de las largas noches durmiendo en la calle y las noches en que no podia dormir, los días en que no podia parar de llorar, los días en que no me quería levantar de la cama y los días en que no tenía a nadie con quien hablar, no valía la pena, simplemente dije basta y dejé de llorar por mí.
En esta éra de la informática donde conocemos tantas personas a través de las redes sociales, “Facebook”, “Twitter” y otros medios de comunicación electrónicos en donde las personas son más atrevidas y arriesgadas, sentimos que hay momentos en los que el mundo nos parece cruel y descorazonado, pensamos que la vida no tiene sentido; creemos que nuestras dificultades no le importan a nadie, incluyendo a nuestros seres amados, tiempo en el que nos sentimos abandonados, solos, sin fuerzas para solucionar los problemas que nos agobian; tiempos sin esperanza en los que sentimos que nuestra vida se debilita, se rompe y comienza a derrumbarse. El sentimiento de soledad se hace más insoportable cuando sólo se busca lo placentero o lo temporal. Hay quienes se distraen participando en actividades sociales como fiestas llenas de alcohol, drogas y sexo colectivo o tratando de hacer amistades nuevas sentados en un bar. Pero en la ausencia de buena compañía, buenas amistades y cosas buenas que pasen por nuestras vidas, jamás encontraremos algo que verdaderamente nos llene. En muchas ocasiones esperamos, soñamos y morimos por que alguien llegue en nuestra vida cuando, a veces, hay que salir a buscarlo. ¿A qué le tememos en pleno siglo XXI?, a nosotros mismos. Esos miedos que venimos arrastrando desde nuestra adolescencia hasta la adultez no nos dejan avanzar en nuestras relaciones y no logramos tener estabilidad emocional para convivir con una persona. Debemos encontrar ese sabor dulce dentro de las situaciones agrías para poder saborear la vida. Es hora de echar los miedos a un lado y poner los pies sobre la tierra porque vivir una vida como la nuestra o establecer una relación de pareja es un asunto serio.
De otra parte, he notado que últimamente se habla mucho sobre la importancia de la edad entre las personas de la comunidad gay y como algunas personas ven a otras pensando que la edad define nuestro estatus en la sociedad y nuestra manera de ser; la edad, aparte de física, también es un estado de ánimo. ¿Cuántas personas jóvenes hemos visto que parecen ancianos física y emocionalmente y cuántos ancianos que se ven y se sienten jóvenes? Yo no creo que los años me puedan definir como persona, pero a mi edad, ahora 52, me siento orgulloso de como me veo y como me siento. Y les pregunto hasta dónde son capáces de llegar en una relación, en mi caso, no le tengo miedo a las arrugas así que cuando aparezcan no me tomarán por sorpresa y por otro lado pienso envejecer junto a mi pareja. Hay personas que por el sólo hecho de que aparezca un cabello gris en su cabeza es motivo de alarma, piensan que el mundo se ha acabado y comienzan a buscar la manera de que el tiempo no pase y se quedan ahí, en el pasado. Debemos entrar en años con dignidad, alimentarnos bien, vestir bien, etcétera… es bueno mejorar nuestra apariencia, pero no aparentando lo que no somos, jóvenes eternos, y prepararnos para disfrutar de nuestra madurez en la vida, sea acompañados o solos. Antes de terminar me gustaría preguntar: ¿por qué nos enamoramos?, ¿hasta donde somos capaces de amar? ¿Serán capaces de amar hasta ser viejitos? Piénsenlo unos segundos. Nunca habrá una respuesta capaz de contestar todas las interrogantes, pero tengo la certeza de que podemos responder más fácilmente por qué nos desamoramos. Para aquellos como el amigo que le dijo a Fer: “los viejos me quitan las ganas”, es simple, para ello existe la diversidad, por eso vemos tantas parejas disparejas porque para el gusto se hicieron los colores, pero ustedes no tienen que estar con los “viejos” si no lo quieren, ni tan siquiera estar donde están ellos, disfruten su juventud, su frescura, su pasión, pero también, tarde o temprano, serán parte del proceso.
Una vez creí que podría sobrevivir solo, pero descubrí que necesitamos de los demás para subsistir, necesitamos en nuestra vida testigos de que existimos y puedan decir que nuestra vida no pasó en vano. Miles de veces me pregunté por qué soy diferente a los demás y no me daba cuenta que yo era único e irrepetible de la misma manera que ustedes, los que leen esto, lo son. Yo no creo en el destino, creo que las cosas que nos ocurren son consecuencias de nuestros actos y decisiones que tomamos en la vida. A veces asumimos las cosas, como cuando yo asumí que mi vida estaba realizada, y asumir es dar las cosas por hecho. Tenemos que usar más nuestro cerebro y ser proactivos, en otras palabras, tomar la iniciativa y las riendas de nuestra vida en nuestras manos, aunque, a veces, ayuda mucho cuando alguien nos dice que todo va a estar bien. Me hubiera gustado tener en mi juventud la madurez que tengo ahora, pero por otro lado, si la hubiera tenido no hubiera disfrutado tanto los sinsabores, alegrías y experiencias que te da la vida. Si hay algo que nadie puede quitarnos es el amor y los recuerdos. Envejecer es un estado físico por el que todos tenemos que pasar, como nos veamos ante los demás se reflejará de acuerdo a la actitud que asumamos. He tenido una vida plena, llena de experiencias enriquecedoras y he tenido la valentía de enfrentar mis miedos. Todos estamos llamados a ser felices, pero para serlo, debemos arrancar de nuestro sistema los celos, la envidia y todo aquello que nos destruye porque no vale la pena vivir la vida llena de odios y rencores. Debemos enterrar nuestro pasado y pasar la página. Sin importar la adversidad, tener buen sentido del humor y una actitud positiva hacia la vida ayuda mucho.
Fer, de la misma manera que sentí la necesidad de escribir en tu blog la primera vez es de la misma manera que me sentí luego de un largo tiempo de reflexión y de tantas cosas que pasaron en mi vida. Ojalá que las personas puedan aprender de las experiencias de los demás y no tengan que darse tantos golpes aprendiendo de las propias. Si pudieran verme ahora no me reconocerían de lo que fui en mi pasado. Estoy agradecido de la vida y de todas las personas que me acompañaron durante este proceso de sanación física y espiritual. Antes sonreía para disimular el dolor pero ahora sonrío porque soy feliz.
Recibe un fuerte abrazo,
Eddie
P.D.
Mi pareja Jxxxxx, mi familia, amigos y compañeros tienen conocimiento de este correo. Ellos fueron los primeros que lo leyeron y, aunque no lo necesito, dieron su aprobación.
Fer, sé que mantener un blog en la internet es un reto agotador, pero de antemano te doy las gracias por la valentía de haber creado una página que habla al mundo sobre la diversidad, por tu aportación de llevar mensajes que mejoran nuestra calidad de vida como comunidad y por las respuestas certeras que ofreces a tantas personas con tantas dudas es este ambiente y la aportación de los que en ella escriben, gracias por estar ahí para nosotros, por tu tiempo y sobre todo por el amor que tu pones en lo que haces. Que Dios te colme de bendiciones.